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miércoles, 16 de abril de 2014

Menstruadora

Publicado on abr 15, 2014 por  in Dossier EspecialInternacionalesN° 19
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México
Lesbianismo converso

Por Valeria Tellechea

Que sexo no es lo mismo que género. Que uno es lo natural y lo otro lo cultural. Que no cierra la definición. Que si quiero hoy soy esto y mañana lo otro. Con nombre poderoso, certero y real, Menstruadora nos acerca al lesbianismo converso, a su mundo, donde el ser poco tiene que ver con las delimitaciones del término y donde los cuestionamientos pasan por el propio cuerpo.
¿Qué significa para vos el lesbianismo converso?
Para mí el lesbianismo converso o lesbiandad conversa es un cuestionamiento desde el feminismo a la heterosexualidad obligatoria y por tanto, a la naturalización de las diferentes categorías de opresión. Nos nombramos lesbianas conversas aquellas que fuimos educadas como heterosexuales y que en algún punto de nuestra vida decidimos no seguir con nuestro rol en la sociedad patriarcal, es decir, nos convertimos en lesbianas, somos lesbianas conversas.
Las lesbianas conversas entendemos que el sistema capitalista dicotómico nos violenta en gran medida a las mujeres a través de los mandatos de género que se pueden resumir en servir a los hombres y a lo masculino. No creemos que deba ser así y resistimos. Para nosotras la lesbiandad es una fuga al sistema heteropatriarcal, una oportunidad de ser felices.
Entendemos la lesbiandad como una posición política, no como un conjunto de prácticas sexuales, eróticas o genitales entre mujeres, para nosotras ser lesbiana tiene que ver con resistir a través de nuestra autonomía, felicidad y placer, a través del amor entre nosotras, de la organización entre nosotras, de la felicidad entre nosotras.
Mi acercamiento con la lesbiandad conversa fue a través de Selene Flores, feminista radical que acuñó el término y que tuve oportunidad de conocer en la Ciudad de México. Yo me asumía heterosexual y a veces bisexual, con Selene entendí que la lesbiandad desde el lesbofeminismo poco tiene que ver con las prácticas sexuales, sino con cuestionar la misoginia base de este sistema, por eso diría Selene y diría bien: “Yo soy lesbiana independientemente de con quién me acuesto”.
¿Cómo es tu experiencia en relación a este modo de vida?
Mi experiencia como lesbiana conversa ha sido muy placentera, me ha permitido deconstruir mis deseos, mis afectos, mis ideas sobre el sistema económico y político, me ha permitido transformar en poco tiempo mi entorno.
Yo solía tener basta experiencia en el trabajo con colectivos conformados en su mayoría por hombres de izquierda, nunca sentí que desde ahí se podía hacer un cambio, en las asambleas y debates largos sobre una superestructura donde ellos no lograban ver su parcela de privilegios como varones y donde al volver a casa todo seguía igual. En cambio, a los pocos meses de la lesbiandad conversa mi vida entera se transformó, podría decir que actualmente no conservo en mi vida cotidiana nada ni a nadie que me violente de ninguna forma micro o nano. Claro, vivo en un sistema capitalista, así que hay muchas limitantes, pero lo que queda por mi voluntad, decido vivir feliz.
En tu blog, hay un recorrido de tu vida y tu cambio de perspectiva ante ella. ¿Cuándo sentiste que algo debía cambiar?
Creo que es cuando me doy cuenta que acepto bases mínimas de misoginia en mis parejas, amistades, personas que me rodean, en lugar de dialogar con personas que me respetan de igual forma. Existe una normalización del machismo que persiste aún en círculos que se denominan progresistas, es más sofisticado, llegan a justificar su violencia a través de autores y citas. Las lesboterroristas les llamamos patriarcado mutante, no son ya los machos que golpean, pero son los machos que sobajan, que norman, que quieren convencerte de que son ellos quienes ostentan la verdad.
Me pude dar cuenta que no eran esas bases mínimas donde quería estar, que no quería sentirme incómoda por siempre, que no quería sonreír infeliz ante sus chistes misóginos. Me empecé a acercar a Monique Wittig, luego me reencontré con mis amigas del Grupo Lésbico Universitario: Selene Flores, la teórica de las lesbianas conversas; y Nadia Rosso, un gran referente del lesbofeminismo en mi generación. Ellas ya tenían una construcción lesbofeminista, pero radical de clóset, cuando empezamos a vernos de forma periódica todo explotó, nos dimos cuenta que no teníamos que censurarnos más, que no llegaría ninguna feminista de las buenas formas a callarnos, que éramos más de dos pensando igual. Me encantó lo que iba surgiendo, me enamoré de ellas, no me animaba a decirme lesbiana ni ellas pensaban que yo atravesaba ese proceso, es decir, no buscaban y tampoco esperaban mi conversión, pero yo sí, así que lo hice posible.
Dentro de este contexto (ya que haces bastante referencia al heteropatriarcado), ¿qué significa para vos ser mujer?
Para mí ser mujer significa la posibilidad de resistir, transformar y destruir lo que nos oprime.  Hay diferentes formas de ser mujer, pero no busco anidarme en esa categoría, habría que destruir este sistema dicotómico en donde nosotras a nivel sistémico somos las oprimidas. Por eso me asumo mujer como estrategia política, para solidarizarme, colaborar u organizarme con otras mujeres para dejar de ser las muertas, las pobres, las asesinadas, para dejar de ser mujeres.
¿Cómo es tu relación con el/los feminismos? ¿Cómo es el caso en tu país?
En mi país hay muchas colectivas y organizaciones feministas, hay mucho movimiento y parece que cada día Facebook me permite ver que somos más y más. Casi todas son feministas heterosexuales, no tienen una crítica a la heterosexualidad y creen que las lesbianas somos la diversidad o algo así. Están muy lejos de querer cuestionarse que no hay naturaleza en la naturaleza humana, que hemos sido normadas, que las lesbianas feministas, en mi caso, las lesboterroristas, estamos hablando de todo, menos de preferencias sexuales, que para nosotras la lesbiandad es un lugar de lucha. Por esta razón mi relación con las otras colectivas es amable e incluso colaboramos en proyectos conjuntos, pero definitivamente no siento un eco lesbofeminista. Y la verdad es que tampoco las quiero convencer, si ellas no ven cómo funciona el heteropatriarcado, está bien, no es nada nuevo, así funciona el mundo, pero que no me vengan a decir que la lesbiandad feminista es acostarse con mujeres que exploto.
¿A que te refieres con la octosexualidad?
Me refiero a que sostengo prácticas con quien quiera y sin rendir cuentas a nadie, es un devenir pulpa con tentáculos, los ocho tentáculos son los que elija y varían en el tiempo y en el espacio. Pero la verdad es que más que eso, es una crítica frontal a aquellas personas que consideran que por coger con quien sea se hace un cambio. Yo creo que no hay revolución solo por coger con diferentes subjetividades, hay revolución al cuestionar las categorías de opresión y resistir a ellas. ¿De qué sirve relacionarse afectivamente o eróticamente con múltiples corporalidades si se reproduce el heteropatriarcado? ¿de qué? A mí no me dice nada, por eso devengo lesbiana y lesbiana y lesbiana.
Invitación a leerla: menstruadora.blogspot.com.ar

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