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miércoles, 14 de mayo de 2014

http://www.comunicarigualdad.com.ar/un-hombre-mata-a-la-hija-de-su-pareja-y-la-fiscalia-encarcela-a-la-mujer-por-abandono-de-persona/


Un hombre mata a la hija de su pareja y la Fiscalía encarcela a la mujer por abandono de persona

Yanina González está detenida en la Unidad Penitenciaria de Los Hornos desde agosto del 2013. Su hija Lulú, de dos años, fue asesinada a golpes por quien entonces era su pareja. Sin embargo, la Fiscalía de Género de Pilar la acusó a ella por no haber custodiado la integridad de la niña. El feminicida mientras tanto sigue libre.
Por Jésica Farías yanina
COMUNICAR IGUALDAD – “Durante todo este tiempo estuvimos conociendo su historia de violencia familiar y después, la que vivía en sus noviazgos. El año pasado habíamos perdido contacto con ella porque se había puesto en pareja y se había ido a vivir a Derqui”, relató a esta agencia Cecilia Raspeño, del Centro Comunitario Gallo Rojo de Barrio Obligado, San Miguel. Ese espacio lleva adelante la lucha por la liberación de Yanina González y de su beba: la joven estaba embarazada de seis meses cuando fue apresada. Hoy, las dos pasan injustos días tras las rejas.
Un lunes de agosto, hace poco más de ocho meses, Yanina volvió al centro comunitario. Hacía siete años que participaba del espacio en las actividades para lxs jóvenes. Cinco días después, llamó desesperada: su pareja había matado a su pequeña Lulú, de dos años -hija de una relación anterior de la joven-, y la justicia, a través de la Fiscalía de Género de Pilar (que funciona en Derqui), la culpó a ella por abandono. Mientras que el femicida sigue libre -hasta ahora nunca hubo intención de detenerlo ni siquiera de investigarlo- y la joven, que supo y sabe de violencias, lleva ocho meses tras las rejas de la Unidad Penitenciaria 33 de Los Hornos; la pregunta queda abierta: ¿por qué?
La respuesta es sencilla pero es incomprensible para quienes creemos que la justicia pasa por otro lado. Yanina no queda detenida acusada por el homicidio de Lulú sino por abandono de persona, porque la fiscal que lleva la causa entendió que ella es la garante de la vida de la nenaque ella es la que tenía que cuidarla y que no hizo lo que tendría que haber hecho para que no pase lo que pasó. Entonces, en vez de investigar al que golpeó a la beba y le causó los daños que la llevaron a la muerte, resolvió sin investigar y detuvo a nuestra compañera”, explicó Clara Aleman, otra de las integrantes de Gallo Rojo a COMUNICAR IGUALDAD.
La fiscal de género pilarense, Carolina Carballido Calatayud, fue quien señaló: se sabe, si hay delito, debe haber culpable, aunque las pruebas en contra escaseen o, como en este caso, falten. A ella no la acusan por eso ni por cómplice sino que la acusan por su deber de garantía de cuidar a Lulú sin tener en cuenta que ella también sufría violencia de género”, reiteró la abogada Gabriela Conder, quien asumió la defensa de Yanina hace dos meses, después de que la primera letrada le dijera que lo mejor sería que no declarase.
COMUNICAR IGUALDAD intentó comunicarse con Carballido Calatayud para consultarle sobre la causa. “La fiscal no da notas periodísticas“, fue la única respuesta que recibió a través de una empleada de la Fiscalía de Género de Pilar.
El día que la detuvieron, Yanina no pudo hablar. Recién hace unas semanas pudo ampliar su indagatoria. Tiene miedo porque el femicida sigue libre en el barrio, amenazando a la familia paterna de Lulú, pero también a una ex pareja, quien ya lo había denunciado por violencia, que ahora también declaró por el caso de Lulú.
Donde duele
Es una barbaridad, es muy perverso. La fiscal en una especialista en género pero después nos damos cuenta de que ahí lo único que tiene la fiscalía es el título. Es un caso en donde una, a las claras, se da cuenta de que se trata de un femicidio vinculado, que el padrastro mató a la nena para dañar a Yanina”, dijo a COMUNICAR IGUALDAD la abogada de Yanina.
La Asociación Civil La Casa del Encuentro, desde su área de investigación, desarrolló ese concepto. Analizó las acciones que el violento lleva a cabo para dominar a una mujer y observó que pueden ir más allá: al castigarlas, las agresiones pueden volverse contra personas con las que ella tiene un vínculo familiar o afectivo “con el objeto de castigarla y destruirla psíquicamente a quien consideran de su propiedad”, señala la ONG que desde hace más de un lustro examina y confecciona los Informes de Femicidios en Argentina. En su último relevamiento, el Observatorio Adriana Marisel Zambrano, que dirige el espacio, evidenció que no sólo aumentaron los asesinatos por la condición de género, sino que también sufrieron el mismo efecto los femicidios vinculados: este año ascendieron a 39. El año pasado se contabilizaron 24, mientras que en 2009, 11. En cinco años, los datos abruman: se cometieron 95 femicidios vinculados de varones y de niñxs.
A Yanina también la violentaron en su niñez. No fueron golpes solamente: la indiferencia también hizo lo suyo. Sus relaciones amorosas no fueron distintas. “Estos y otros factores le impidieron evaluar y dimensionar lo que iba sucediendo ante sus ojos y sobre su cuerpo; provocándole un estado de parálisis que le impidió hacer lo necesario para salvar la vida de su hija y cuidar de sí misma. El sistema que la exprime fue desde siempre indiferente con ella, y hoy la condena por ser mujer, pobre, marginal y analfabeta, evalúan con contundencia desde el centro comunitaria sanmiguelino.
yan2Sobre violencia, más violencia
Repetitivo. Tan exacto que asusta. “Esta vez es Yanina pero puede ser cualquiera de nosotras. Nos acusan de cualquier cosa, si no tienen elementos nos acusan a nosotras las mujeres, yo creo que está dirigido”, analizó Conder. El Centro Comunitario Gallo Rojo también examinó que “el ejercicio de la ciudadanía restringida que tienen la mayor parte de las mujeres en el mundo era y es para ella una utopía inexistente. Solo fue reconocida en su carácter de ciudadana para ser detenida. La cárcel para Yanina fue un dar satisfacción a la moralina e hipocresía social, que exigía de esta mujer una conducta ética (defender a sus hijos) que el colectivo machista es incapaz de sostener”.
Si el prejuicio reza con moralina estigmatizante que una madre siempre debe defender a sus hijxs, ¿qué debe implorársele a las instituciones que encerraron a Yanina? El Estado es cómplice de estas situaciones por omisión, por no desarrollar políticas públicas que aborden situaciones de violencia en la pobreza extrema que garanticen las mínimas condiciones de vida digna a miles de familias. Hay un Estado que debía garantizar su escolaridad y la excluyó, un Estado que debía velar por su seguridad social y la de su hija, garantizarle el sistema de salud, defenderlas del maltrato. Hay un sistema judicial que por no evitar el crimen de su hija le ha negado el derecho de asistir a su entierro. Que invisibiliza su condición de víctima de violencia aun interviniendo desde una fiscalía de género. Ninguno de sus funcionarios la vio, ni la escuchó, pero sí pudieron decidir su detención”, con rabia, una que se extiende, y no como infección sino como cura para las injusticias, acreditó el Gallo Rojo.
Podemos ir a ver el Reino del Revés, ése en donde las madres violentadas van presas para engrosar los números de lxs detenidxs, de lxs que llenan las cárceles sin pruebas ni condenas pero con penas y sin glorias; en donde las nenas -pero también los nenes- son maltratadas hasta dejar de respirar y los que aprietan -y dañan- sí salen como por una puerta giratoria. Podríamos, pero mejor dar vuelta la página: que nadie siga ese cuento, mejor cambiar de hoja y hacer otra historia.

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